Consumo de alimentos chatarras y actitudes
alimentarias en universitarios
Consumption of scrap foods
and food attitudes of higher level students. University
Mely
Ruiz-Aquino [1]
Henry Acero Valdez [2]
Lucy
Arce Allende [3]
Rub�n Dar�o Alania Contreras [4]
RECIBIDO:��� 31 DE JULIO DE 2017
������������ ACEPTADO:� 29 DE NOVIEMBRE DE 2017
Resumen
Objetivo. Determinar la relaci�n entre el consumo de alimentos chatarra y las
actitudes alimentarias en los estudiantes de la Universidad de Hu�nuco. M�todos.
el estudio fue de tipo observacional, anal�tico y transversal; con dise�o
correlacional. La poblaci�n estuvo constituida por 1342 universitarios de
Ciencias de la Salud; cuya muestra seleccionada probabil�sticamente y
estratificada fueron 298 estudiantes; a quienes se les aplic� una gu�a de
encuesta, un cuestionario de consumo de alimentos chatarras y una escala de
actitudes alimentarias previamente validadas y fiabilizadas.
Se aplicaron las consideraciones �ticas de la investigaci�n. Se realiz�
an�lisis descriptivo e inferencial mediante el coeficiente de correlaci�n de
Rho de Spearman, previa prueba de normalidad de kolmogorov-Smirnov.
Resultados. El 79, 3% (237) de la muestra, evidenci� consumo de
alimentos chatarras. Un 75,6% (226) percibieron actitudes alimentarias
positivas. En el an�lisis de correlaci�n global, entre las variables: consumo
de alimentos chatarras y actitudes alimentarias, hubo correspondencia
significativa de nivel bajo (Rho = 0, 174 y p = 0,003); tambi�n, con la misma
tendencia, hubo relaci�n entre el consumo de alimentos chatarras y la dieta,
como dimensi�n de las actitudes alimentarias (Rho = 0,195 y p = 0,001). No hubo
correlaci�n entre el consumo de alimentos chatarras con las dimensiones de las
actitudes alimentarias: rasgos de bulimia, preocupaci�n por la comida y control
oral.
Conclusi�n. Existe baja relaci�n significativa entre el consumo de alimentos
chatarra y las actitudes alimentarias de los estudiantes universitarios, por lo
que se debe implementar pol�ticas de alimentaci�n saludable en el contexto
universitario.
Palabras clave: alimentos chatarra, actitudes alimentarias, autocuidado de la
alimentaci�n, prevenci�n
Abstract
Objective: To determine the relationship between the consumption
of junk foods
and the alimentary attitudes in the students of the
University of Hu�nuco; in
2014. Methods: the study was observational,
analytical and cross-sectional;
with correlational design. The population
consisted of 1342 university students of Health Sciences;
whose sample was selected probabilistically
and stratified were 298 students to whom
it was applied:
an interview, a questionnaire
of junk food
consumption and a scale of food attitudes;
previously validated and reliable. The ethical
considerations of the investigation were applied. Descriptive
and inferential analysis was carried out
using the Rho correlation coefficient of Spearman, after normality of kolmogorov-Smirnov, supported by the
SPSS V19. Results: 79, 3% (237) of
the sample, indicated consuming junk foods. 75.6% (226) expressed positive food attitudes. The overall correlation was analyzed between
the variables: junk food consumption and food attitudes, obtaining a significant low level correspondence
(Rho = 0, 174 and p = 0.003); also, with the same
tendency, between the consumption of junk foods
and diet as a dimension of dietary attitudes
(Rho = 0.195), this being significant (p = 0.001). There was no correlation between the consumption
of junk foods
and the dimension traits of bulimia- concern for food
and oral control as part of
the food attitudes.
Conclusions: There is a low significant
relationship between the consumption of junk foods
and the nutritional attitudes of university
students, which is why healthy
eating policies must be implemented.
Keywords: junk foods, food attitudes, self-care of food,
prevention
Introducci�n
En
la mayor�a de las ocasiones comemos no para alimentarnos, sino para mitigar el
hambre y cuando escuchamos hablar de la necesidad de una alimentaci�n
saludable, se suele pensar en una dieta aburrida e ins�pida que nos impide
consumir nuestros alimentos favoritos, principalmente los ricos en grasas,
harinas o az�cares (Oliva Ch�vez & Fragoso D�az, 2013). De acuerdo con recientes investigaciones, la alimentaci�n inadecuada del
ser humano, no s�lo afecta la apariencia f�sica, sino que altera el
funcionamiento global del cuerpo. Algunos estudios epidemiol�gicos
muestran que, aunque en ocasiones la poblaci�n est� informada y conoce los
conceptos b�sicos de una alimentaci�n saludable, estos conocimientos no se
traducen en consumos reales de alimentos que formen parte de una dieta
equilibrada. No se ponen en la pr�ctica los conocimientos aprendidos (Montero
Bravo, �beda Mart�n, & Garc�a Gonz�lez, 2006).
Un componente principal para una alimentaci�n
saludable son las conductas y las actitudes que influyen directamente en el
estado nutricional y en los h�bitos alimentarios de los individuos
pertenecientes a diversos grupos etarios (�lvarez Mun�rriz & �lvarez de Luis,
2009); en
los j�venes suele expresarse en la cultura de la delgadez. Actualmente nos
vemos inmersos en los estereotipos de un cuerpo excesivamente delgado, que
pueden desencadenar una serie de valores y normas que determinan una cadena de
comportamientos relacionados con la talla, peso y figura corporal,
comportamientos que, con alta probabilidad, conducir�n a actitudes alimentarias
negativas que podr�an desencadenar alg�n trastorno alimentario.
El alimento
chatarra, conocida tambi�n como r�pida o basura, por su alto contenido cal�rico
y bajo valor nutritivo, poseen alto contenido energ�tico, elevados niveles de
grasa, hidratos de carbono, sodio y otros condimentos; com�nmente son aquellos
alimentos de bajo valor nutritivo (Oliva Ch�vez & Fragoso D�az, 2013).
En la actualidad, los alimentos
chatarra se han convertido en parte de los h�bitos alimentarios de nuestra
sociedad, siendo un factor determinante de problemas de sobrepeso y obesidad, y
de enfermedades cr�nicas no transmisibles, que atentan contra la buena salud
que deber�an gozar los estudiantes para un �ptimo rendimiento acad�mico y
calidad de vida (Tamayo
Caballero et al., 2016).
Los expertos
en salud y nutrici�n as� como Tamayo
Caballero et al., (2016); consumir este tipo de comida ocasionalmente o de
forma espor�dica, no llegar�a a producir problemas serios; pero un consumo de
m�s de 2 veces por semana, cuando se convierten en un h�bito continuo, podr�an producir
riesgo para la salud provocando lesiones y enfermedades en el organismo debido a
que contiene sustancias t�xicas como: conservantes, saborizantes, colorantes,
estabilizantes, alto contenido cal�rico, grasa trans, y un excesivo contenido
en sal y az�car. El exceso de energ�a, favorecen o promueven el
incremento de peso corporal.
Por otro lado, las actitudes alimentarias son acciones que establecen las
relaciones del ser humano con los alimentos. Las actitudes frente a la
alimentaci�n se adquieren a trav�s de la experiencia directa con la comida, por
la imitaci�n de modelos, la disponibilidad de alimentos, el estatus social, los
simbolismos afectivos y las tradiciones culturales (Dom�nguez V�squez, Olivares, & Santos,
2008). Es
importante tener una cierta actitud frente a determinados alimentos para as�
controlar lo que ingerimos y mantener una buena salud y un correcto peso (Vit�nica).
En los �ltimos a�os, tanto
en Am�rica Latina como en el Per�; por los importantes cambios en las
condiciones de vida, los h�bitos de alimentaci�n han sufrido transformaciones,
pues se ha observado un aumento considerable de actitudes alimentarias
negativas. �stos comprenden las alteraciones conductuales: unos directamente
relacionados con la dieta, bulimia y preocupaci�n por la comida y control oral (Urz�a, Castro, Lillo, & Leal, 2011), entre otros. En
la vida diaria se encuentra un gran n�mero de j�venes que no tienen una cultura
alimenticia y como consecuencia tienen problemas graves de obesidad y
sedentarismo.
Seg�n
observaciones sistematizadas por Burga Guzm�n, Sandoval Rubi�os, & Campos Bravo,
(2017), el alimento
chatarra est� m�s que popularizada y es culpable de la falta de apetito en
muchas personas, en especial en los j�venes, ya que ellos son capaces de tomar
decisiones y elegir libremente qu� comer, sin mucha supervisi�n de los padres
para quienes es m�s "c�modo" darles dinero. En este contexto, Morales,
Del Valle, Soto, & Ivanovic, (2013) sostienen que los estudiantes
universitarios se encuentran en una etapa del ciclo vital clave para la
adopci�n de estilos de vida, que practicar�n en el �mbito familiar, social y
laboral. Durante la vida universitaria los estudiantes adquieren mayor
autonom�a y asumen la responsabilidad de su autocuidado con implicaciones
positivas y negativas, por lo cual se convierte en una etapa cr�tica para el
desarrollo de sus estilos de vida; a su vez los universitarios, son sometidos a
condiciones particulares al ingresar al sistema universitario caracterizados
por presentar poco tiempo para comer, saltarse comidas frecuentemente, comer
entre horas, alto consumo de comida r�pida, entre otros.
Espinoza, Rodr�guez, G�lvez, &
MacMillan, (2011); explican que
los estudiantes que provienen de lugares lejanos, empeoran su estilo de
alimentaci�n, producto de la falta de tiempo, para cocinar, comer o conocer la
preparaci�n de alimentos saludables que probablemente en sus casas
acostumbraban a consumir en su etapa escolar.
Respecto a la magnitud del
problema estudiado, la Universidad de Harvard
acusan a las papas fritas como las principales responsables del sobrepeso, m�s
que las golosinas y el helado, el estudio realizado a 120,877 personas que no
eran obesas cuyo peso fue medido cada cuatro a�os, hicieron la relaci�n que por
15 papas que com�an (160 calor�as) aumentaban 0,77 Kg, el tipo de la
preparaci�n intervino mucho ya que las llamadas papas a la francesa engordaban
m�s que otras, as� tambi�n las gaseosas que agregaban a medio kilo cada cuatro
a�os (Strategic
Research Center).
El estudio desarrollado en
Bolivia, por Tamayo Caballero et al., (2016),
hallaron que 36% de las personas encuestadas que viven con sus familiares,
consumen una vez por semana bebidas gaseosas, un 29% consumen dos veces por
semana y viven con sus padres. Un dato alarmante es que 43% consume m�s de dos
veces por semana y viven solos frente al m�nimo 14% que no consume gaseosas y
viven solos. Un 50,72 % de la
poblaci�n femenina almuerza comida chatarra frente a 48,38% de varones, un
24,63 % de mujeres y un 19,35% de varones reemplazan su merienda saludable por
comida chatarra, y, llama la atenci�n que 12,90% de la poblaci�n masculina
reemplaza su cena por comida chatarra y que un 9,67% reemplaza su desayuno por
alimentos de bajo aporte nutricional, esto pone en cuestionamiento el
rendimiento acad�mico. Adem�s, el ser estudiante universitario condiciona a que
permanezca en un estr�s constante y que la disponibilidad econ�mica lleve a
remplazar tiempos importantes de comida optando por alimentos de menos costos y
con baja calidad de nutrimentos.
Conocer la problem�tica nutricional de j�venes tiene
mucha importancia pues se trata de una etapa de la vida en las que la nutrici�n
tiene un impacto importante y las campa�as de educaci�n nutricional todav�a
pueden ser efectivas en la adquisici�n de h�bitos alimentarios saludables (Vidal Mar�n, D�az Santos Due�as, Jim�nez
Serrano, & Quejigo Garc�a, 2012), en este contexto, la presente investigaci�n cobra relevancia puesto que
los trastornos alimentarios y el consumo de comida chatarra son tem�ticas que
repercuten en la salud de todo individuo (Hidalgo & G�emes, 2011).
En
consecuencia, el inter�s por estudiar el consumo de comida chatarra y las
actitudes alimentarias parti� por el convencimiento de la alimentaci�n
inadecuada (principalmente la comida chatarra) da�a la salud de todos aquellos
que infringen, y porque generan problemas metab�licos (Oliva Ch�vez & Fragoso D�az, 2013). Por
ello, resulta necesario identificar el problema del consumo de
comida chatarra en los estudiantes universitarios, sobre todo los estudiantes
de la Facultad de Ciencias de la Salud, ya que ellos ser�n los futuros
profesionales de la salud quienes ser�n los responsables de promover la
pr�ctica de actividad f�sica y la correcta alimentaci�n en el individuo,
familia y comunidad. Adem�s, es probable que las medidas de intervenci�n frente
al cambio de actitudes son mucho m�s viables en este grupo de poblaci�n. Al respecto el Ministerio de Salud (MINSA) de Per�, se�ala
algunas alternativas de soluciones para mitigar la problem�tica que se estudia,
como empezar una alimentaci�n adecuada y actividad f�sica regular acompa�ado de
la voluntad y el inter�s de la persona de modificar sus h�bitos y
comportamientos.
En base a la situaci�n antes mencionada, se presenta
esta investigaci�n que tuvo por objetivo determinar la relaci�n entre el
consumo de alimentos chatarra y las actitudes alimentarias en los estudiantes
de la Universidad de Hu�nuco.
M�todo
La poblaci�n estuvo constituida por 1342 estudiantes de la Facultad de
Ciencias de la Salud de la Universidad de Hu�nuco, Per�.
Se seleccion� una muestra
conformada por 299 estudiantes, de los programas acad�micos de la Facultad de
Ciencias de la Salud (psicolog�a 41, obstetricia 41, odontolog�a 91 y
enfermer�a 125), seleccionados mediante el muestreo probabil�stico por
estratos.
Recolecci�n de
datos
Para el presente estudio se
consider� a todo estudiante que cumpl�a estuvieron matriculados, durante el semestre
II del 2014, cursando del tercer ciclo en adelante, con asistencia regular a
las clases. Se aplic� una gu�a de encuesta sociodemogr�fica, un cuestionario
del consumo de alimento chatarra y una escala para determinar las actitudes
alimentarias (ETA-26) siendo �ste �ltimo, un
instrumento multidimensional con excelente confiabilidad, sensibilidad y
especificidad, para el cribado de posibles trastornos alimentarios en poblaci�n
de riesgo; los cuales fueron previamente validados y fiabilizados
en nuestro contexto.
Las variables de
caracterizaci�n en estudio, incluyeron las caracter�sticas, sociales,
acad�micos y antropom�tricos. La variable consumo de comida chatarra, fue
dimensionada en el consumo de alimentos con alto contenido de energ�a / az�car,
consumo de alimentos con alto contenido en grasas. Y la variable actitudes
alimentarias (ETA 40), tuvo en cuenta las dimensiones: dieta, bulimia,
preocupaci�n por la comida, y control oral.
En
el an�lisis descriptivo, se calcularon las frecuencias absolutas y relativas de
las variables categ�ricas. Se categorizaron las variables num�ricas edad. En el an�lisis inferencial
(contrastaci�n de hip�tesis) se aplic� el coeficiente de correlaci�n Rho de
Spearman, previa prueba de normalidad de Kolmogorov-Smirnov, se consider� un p<0,05 como
significativo, apoyados en el PASW V15.0.
Previo a la aplicaci�n de los
instrumentos documentales, se aplicaron las consideraciones
�ticas, como los principios bio�ticos (beneficiencia,
no maleficiencia, justicia, autonom�a y veracidad).
Este estudio fue aprobado por el comit� investigaci�n de la Universidad de
Hu�nuco. Se obtuvo un consentimiento informado por escrito de todos los sujetos
antes del reclutamiento para el estudio.
Resultados
Respecto a las caracter�sticas demogr�ficas, de los estudiantes
universitarios de las diferentes carreras de ciencias de la salud, se hall� que
m�s de la mitad [63,5% (190)], tuvieron entre 20-29 a�os, seguido de un 29,8%(89) que tuvieron entre 17 a 19 a�os de edad. En cuanto al
g�nero, la gran mayor�a de ellos fueron f�minas [72,2% (216)] y casi la tercera
parte, fueron varones [27,8 (83)]. El 80,3% (240) de la muestra procedieron del
�rea urbana de la ciudad de Hu�nuco, frente al 17,7%(53)
que fueron procedentes del �rea rural de la Regi�n Hu�nuco. En relaci�n a las
caracter�sticas sociales de la muestra, se hall� que 65,6% (196)], profesaron
la religi�n cat�lica, seguido de 20,7% (62) que fueron evang�licos. Tambi�n,
28,8% (86) refirieron que trabajaban y estudian a la vez, destacando las
actividades laborales de comerciante, t�cnico y auxiliares de servicios de
salud, entre otros.
En cuanto a
las caracter�sticas acad�micas, de la muestra de estudio, 41,5%(124), pertenecieron a la Escuela Acad�mica Profesional de
Enfermer�a y 30,1% (90) a odontolog�a. En cuanto al ciclo de estudio, un 13,7%
(41) de la muestra cursaba el octavo ciclo, y en la misma proporci�n cursaban
el segundo ciclo [13% (39)]; el 11% (33) cursaba el III, VI, VII ciclo de
estudio, a diferencia del 9% que curs� el IV, V y el IX de estudios
respectivamente. En la tabla 1, sobre
el consumo de alimentos
chatarra con alto contenido de az�car por la muestra de estudio, se tiene que 81,6 % (244) consum�a
diversas golosinas, seguido de 73,2% (219) que consum�an gaseosas, y 66,9 %
(200) bebidas energizantes (ver tabla 1).
Tabla
1
Porcentaje
del consumo de alimentos con alto contenido de az�car por los estudiantes de la
Facultad de Ciencias de Salud de la Universidad de Hu�nuco
Consumo de alimentos con alto contenido de
az�car |
n = 299 |
|||
S� |
No |
|||
fi |
% |
fi |
% |
|
Golosinas |
244 |
81,6 |
55 |
18,4 |
Snack |
152 |
50,8 |
147 |
49,2 |
Gaseosas |
219 |
73,2 |
80 |
26,8 |
Jugos
procesados |
215 |
71,9 |
84 |
28,1 |
Bebidas
energizantes |
200 |
66,9 |
99 |
33,1 |
Nota. Cuestionario de consumo de
alimentos chatarra
Al identificar la frecuencia de consumo de alimentos con alto contenido
de az�car en la muestra de estudiantes, 30,1% (90) consum�an golosinas m�s de
dos veces por semana y 9, 7% (29) todos los d�as las. Tambi�n, se hall� que 22,1% (66) consum�a bebidas energizantes m�s de dos veces por semana y 4,7% (14) consum�a
todos los d�as. Un 19,4% (58) consum�a gaseosas m�s de dos veces por semana.
Al analizar el consumo de alimentos chatarras con alto contenido de grasa en la
muestra de estudiantes, se hall� que la mayor�a consum�a pollo a la parrilla o a la brasa
[84,9 % (254)], seguido de un 74,9% (224) que consumen salchipapas (ver tabla
02).
Tabla
2
Consumo
de alimentos con alto contenido de grasa por los estudiantes de la Facultad de
Ciencias de Salud de la Universidad de Hu�nuco
Consumo de alimentos con alto contenido de grasa |
n=299 |
|||
S� |
No |
|||
fi |
% |
fi |
% |
|
Salchipapas |
224 |
74,9 |
75 |
25,1 |
Pollo
broster |
205 |
68,6 |
94 |
31,4 |
Hamburguesa |
183 |
61,2 |
116 |
38,8 |
Embutidos |
149 |
49,8 |
150 |
50,2 |
Pollo
a la parrilla, a la brasa, brochetas) |
254 |
84,9 |
45 |
15,1 |
Combinado |
200 |
66,9 |
99 |
33,1 |
Nota. Cuestionario de consumo de comida
chatarra
La frecuencia del consumo de alimentos con alto contenido de grasa por
la muestra de estudiantes, se hall� que 30,1% (90) consum�an pollo a la parrilla o la brasa una
vez a la semana y 10, 7%( 32) consum�an combinados
(arroz chaufa con papa rellena) m�s de dos veces por semana. En la descripci�n global del
porcentaje de consumo de alimentos chatarras por la muestra de estudiantes; 79,
3% (237) lo consum�an; frente a una minor�a de 20,7% (62) que no consum�a
dichos alimentos.
����������� Los porcentajes de las
actitudes alimentarias seg�n dimensiones manifestadas por la muestra de
estudiantes, se hall� que 89,3 % (267) evidenci� actitudes positivas en relaci�n a los rasgos de
bulimia,
34,8% (104) ten�a actitudes negativas en torno a su
dieta (Ver tabla 3).
Tabla
3
Descripci�n
de las actitudes alimentarias seg�n dimensiones por los estudiantes de la
Facultad de Ciencias de Salud de la Universidad de Hu�nuco
actitudes alimentarias |
n = 299 |
|||
Positiva |
Negativa |
|||
fi |
% |
fi |
% |
|
Dieta |
195 |
65,2 |
104 |
34,8 |
Rasgos
de bulimia y preocupaci�n por la comida |
267 |
89,3 |
32 |
10,7 |
Control
oral |
237 |
79,3 |
62 |
20,7 |
Nota. Escala de actitudes alimentarias
Desde un
panorama general de las actitudes alimentarias percibidas por la muestra del
estudio, se observ� que 75,6% (226) de ellos, evidenciaron actitudes
alimentarias positivas, frente a 24,4% (73) que evidenci� actitudes negativas.
Figura 1. Dispersi�n de puntos entre el consumo de alimentos chatarra y
actitudes alimentarias de los estudiantes de la Facultad de Ciencias de
Salud de la Universidad de Hu�nuco Figura 2. Dispersi�n de puntos entre el consumo de alimento chatarra y
actitudes alimentarias en la dimensi�n: dieta, de los estudiantes de la
Facultad de Ciencias de Salud de la Universidad de Hu�nuco
Al
contrastar las hip�tesis de estudio, respecto a la relaci�n entre el consumo de alimentos chatarra y las actitudes
alimentarias de los
estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de
Hu�nuco, se apreci� correlaci�n baja
(Rho = 0, 174), siendo significativo (p = 0,003). En base a este resultado, se
tuvo que rechazar la hip�tesis nula y se admite la existencia de
correspondencia entre estas dos variables analizadas. Y se explica, que los
estudiantes consumen alimentos chatarra, a pesar manifestar actitudes positivas
frente a la alimentaci�n (Figura 1).
Al analizar la
correlaci�n entre el consumo de alimentos
chatarra seg�n la dimensi�n dieta en las actitudes alimentarias en la muestra
de estudiantes,
tambi�n se obtuvo una baja correlaci�n
(Rho = 0,195), siendo �sta significativa (p = 0,001) (Figura 2) (ver tabla 4).
Tabla
4
Correlaci�n
entre el consumo de comida chatarra y las actitudes alimentarias considerando
sus dimensiones, de los estudiantes de ciencias de salud de la Universidad de
Hu�nuco
Contraste |
Consumo de comida chatarra |
|
Rho |
p-valor |
|
Actitudes alimentarias |
0,174** |
0,003 |
Dieta |
0,195** |
0,001 |
Bulimia
y preocupaci�n por la comida |
0,088 |
0,129 |
Control
oral |
0,034 |
0,558 |
Nota.
Cuestionario de consumo de comida chatarra y escala de actitudes alimentarias
Por tanto, se
tuvo que rechazar la hip�tesis nula y se admite la existencia de correlaci�n
baja entre dichas variables, indicando que los estudiantes se predisponen al
consumo de alimentos chatarra, aunque cuentan con ciertas actitudes positivas
frente a la alimentaci�n adecuada. Si bien la correlaci�n es baja, ambas
variables exhiben una correspondencia directa. No se encontr� relaci�n en las
dem�s variables.
Discusi�n
En �sta investigaci�n se plante� el prop�sito de analizar la
influencia del consumo de alimentos chatarras en las actitudes alimentarias. El
resultado derivado del presente estudio; dan garant�a de su validez interna,
puesto que se tuvo instrumentos v�lidos y fiables, a su vez se cont� con una
muestra representativa para la obtenci�n de los datos, llegando a si a los
resultados inferenciales, con un nivel de confianza de 95% y un p valor ≤
0, 05. Del mismo la presente investigaci�n, tiene validez externa, puesto que
el tama�o de muestra fue lo suficiente para las inferencias, por lo tanto, los
resultados obtenidos podr�n ser generalizados para el contexto del estudio.
Los hallazgos respecto al consumo de alimentos chatarra referida por
la muestra del presente estudio se asemeja a los encontrados en otros estudios
realizados en poblaciones de similares caracter�sticas. En un an�lisis
general, se determin� la existencia de baja relaci�n entre el consumo de
alimentos chatarra y las actitudes alimentarias de la muestra de estudiantes
universitarias de las carreras de ciencias de la salud, siendo dicha relaci�n
significativa, en este sentido los estudiantes consumen alimentos chatarra
aunque muestran actitudes alimentarias positivas, hecho que se explica con el
modelo de creencias en salud, el cual menciona la existencia de dos factores
determinantes de la conducta de la salud: la percepci�n de amenaza sobre la
propia salud y las creencias de los individuos sobre la posibilidad de reducir
amenazas.
Este
resultado, tambi�n se apoya en la teor�a de autocuidado de Orem (Orem, Taylor, & Renpenning, 1995); quien sostiene que: �el autocuidado es una actividad aprendida
por los individuos, es una conducta que existe en situaciones concretas de la
vida, dirigida por las personas sobre s� mismas, hacia los dem�s o hacia el
entorno�; en consecuencia, dado al aprendizaje social de los estudiantes en
materia de consumo de alimentos al interior de la universidad, f�cilmente
adoptan el consumo de alimentos poco beneficiosos, dejando de lado aquellos
comportamientos, conocimientos y valores que supone la alimentaci�n saludable y
que s� lo expresan cognitivamente en test de actitudes, hecho que va en la
l�nea de Herman, Mack, quien pregona la teor�a de la restricci�n, avalando el
valor superior de la dieta, principalmente en el �xito de la p�rdida de peso
aunque genera un estado cr�nico de hambre la cual es desfavorable para la
persona que lo practica, especialmente si esta p�rdida lleva a la persona a
tener un peso por debajo de su punto cr�tico.
En el estudio efectuado por Tamayo Caballero et al., (2016), observaron que los encuestados de
la carrera de Medicina (38%) y Nutrici�n (28%) tuvieron un mayor conocimiento sobre
las enfermedades y consecuencias que provoca el consumo de comida chatarra, sin
embargo son quienes reemplazan frecuentemente los alimentos b�sicos por comida
chatarra, este comportamiento conlleva a inadecuados h�bitos alimentarios
enfocados en el consumo de alimentos de alto valor cal�rico y bajo valor
nutritivo, de f�cil acceso. En nuestra sociedad tales h�bitos no
saludables, se convierten en aut�nticas virtudes para un amplio estereotipo de
consumidores; desde adolescentes de precaria econom�a a trabajadores que
carecen de tiempo para almorzar por sus extendidas y exigentes jornadas
laborales (Molin� Cabrera, 2007).
Los resultados del presente estudio
son preocupantes, por lo que se debe articular, articular responsabilidades de
prevenci�n iniciando estilos de alimentaci�n y de vida saludable practicado por
el estudiante, y, fundamentalmente; por los responsables de bienestar
estudiantil quienes deben promover pr�cticas saludables sostenibles en la
comunidad universitaria, enfatizando la activaci�n de las pol�ticas
universitarias orientadas a la protecci�n del capital humano. La alimentaci�n
es un derecho humano y contribuye en la mejora de salud y no solamente un acto
de satisfacci�n, se constituye en un acto cultural, econ�mico, social y
fundamentalmente pol�tico.
El an�lisis
derivado de la presente investigaci�n demanda acciones de prevenci�n, lo que
concuerda con los mandatos de la Organizaci�n Mundial de la Salud (OMS) y la
Organizaci�n Mundial de la Salud (OPS) quienes mediante el plan de acci�n
instan a un alza de los impuestos a la comida chatarra y a las bebidas
azucaradas para revertir la epidemia de obesidad infantil en las Am�ricas (Organizaci�n Mundial de la Salud & Organizaci�n
Panamericana de la Salud), de otro lado, recomiendan la
reducci�n del consumo de bebidas azucaradas y su impacto sobre la salud.
En tal acci�n,
varios pa�ses han adoptado medidas fiscales para proteger a la poblaci�n de los
productos no saludables. Entre ellos se incluye a M�xico, que implement� un
impuesto al consumo sobre bebidas no alcoh�licas con az�cares a�adidos; y
Hungr�a, que impuso un impuesto sobre productos empaquetados con niveles altos
en az�car, sal o cafe�na.� Otros pa�ses,
como Filipinas, Sud�frica y el Reino Unido de Gran Breta�a y el norte de
Irlanda tambi�n han anunciado su intenci�n de aplicar impuestos sobre las
bebidas azucaradas (Organizaci�n Mundial de la Salud & Organizaci�n
Panamericana de la Salud).
El presente
estudio cuenta con ciertas limitaciones. Al ser un estudio de tipo transversal,
la evaluaci�n se ha centrado en la b�squeda de relaci�n entre las dos variables,
y no en el efecto causal. Otra limitaci�n, podr�a existir sesgo del
entrevistador y deseabilidad social; sin embargo, los encuestadores fueron
capacitados en la recolecci�n de la informaci�n por los organizadores de la
encuesta. El estudio tambi�n tiene ciertas fortalezas. A nuestro conocimiento,
es uno de los pocos estudios locales que tiene validez externa, cuyos
resultados se podr�n extrapolar.
Fuente de financiamiento:
Autofinanciada.
Conflictos
de inter�s: Los autores declaran no tener conflictos de inter�s.
Agradecimientos
Esta
investigaci�n fue desarrollada como parte de la investigaci�n formativa, por ello nuestro
agradecimiento al�
equipo de� encuestadores, estudiantes
de enfermer�a� que�
apoyaron� en todo� el�
proceso de la recolecci�n de datos.
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[1]� Magister en Salud P�blica y Gesti�n Sanitaria, Licenciada en Enfermer�a, Docente, Universidad de Hu�nuco, Per�; melyruizaquino@gmail.com,� ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8340-7898
[2]� Licenciado en Enfermer�a, Universidad de
Hu�nuco, Per�; rigen.08@hotmail.com , ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1615-1383
[3]� Licenciada en Enfermer�a, Universidad de
Hu�nuco, Per�; yanix_2027@hotmail.com,
ORCID:� https://orcid.org/0000-0002-3625-573X
[4]� Doctor en Educaci�n, Magister en Docencia en el Nivel Superior, Licenciado en Ciencias
de la Comunicaci�n, Psic�logo,
Docente, Universidad Nacional del Centro del Per�,
Per�; ralania@uncp.edu.pe,ORCID:
https://orcid.org/0000-0003-4303-1037