El triple rol de las madres de familia en el programa “Cuna más” del distrito de Huancán – Huancayo

 

The triple role of family mothers in the "Cuna más" program of the district of Huancán Huancayo

 

 

Eugenia Fabián Arias [1]

Ruth Cathy Paucar Laurente[2]

Liz Corilloclla Ricse[3]

 

RECIBIDO:  4 DE ABRIL DE 2020       

  ACEPTADO:  14 DE JUNIO DE 2020       

 

 

 

RESUMEN

El presente artículo aborda el triple rol de las Madres de Familia del Programa “Cuna más” del Distrito de Huancán - Huancayo; la investigación está direccionada por un enfoque mixto de tipo básico, nivel descriptivo y el instrumento fue el cuestionario. Los hallazgos fueron; alto porcentaje de madres que se dedican al rol reproductivo basado en el preparado de alimentos, limpieza del hogar y cuidado de los hijos recibiendo un mínimo apoyo de sus parejas o un familiar femenino en caso de las madres solteras, seguido por el rol productivo insertadas en actividades informales con jornadas flexibles e ingresos económicos irrisorios debajo del mínimo vital, y un porcentaje limitado participa activamente en instancias organizadas. En conclusión, las madres cumplen un triple rol, la mayoría cumple el rol reproductivo seguido por el rol productivo y siendo mínimo su participación en el rol comunitario.

Palabras clave: Triple rol, productivo, reproductivo y comunitario

 

ABSTRACT

This article addresses the triple role of the Mothers of the Family of the "Cuna más" Program of the District of Huancán - Huancayo; The research is directed by a mixed basic type approach, descriptive level and the instrument was the questionnaire. The findings were; high percentage of mothers who dedicate themselves to the reproductive role based on food preparation, household cleaning and childcare, receiving minimal support from their partners or a female relative in the case of single mothers, followed by the productive role inserted in Informal activities with flexible working hours and laughable income below the vital minimum, and a limited percentage of active participants in organized instances. In conclusion, mothers fulfill a triple role, most fulfill the reproductive role followed by the productive role and their participation in the community role is minimal.

Keywords: Triple role, productive, reproductive and community.

 

 

Introducción

La presencia de la mujer ya no es solo en el espacio privado sino también en el espacio público; Moser (1992) explica que este triple rol involucra el rol reproductivo; con actividades que se relacionan con la maternidad y la crianza de los hijos, el rol productivo como generadora de ingresos, en las áreas rurales con el trabajo agrícola y en las áreas urbanas en el sector informal; y el rol comunitario en contextos tanto urbanos como rurales participando como representantes en grupos comunitarios.

Hoy en día se valora solo el trabajo productivo, según Carrasquer y Torns (2009) aseguran que: “Existe un mito de una modernidad vista solo de una de sus caras, la de la esfera pública, sin considerar que esa propia modernidad se ha construido, además sobre el trabajo cotidiano, esto es sobre el trabajo doméstico” (p.9). Al respecto Durán (como se citó en Vega, 2007) afirma que la reproducción biológica, traza la identidad de las mujeres como responsables del espacio doméstico, y el espacio público se concibió como propio del género masculino.

En la sociedad existe una dinámica de dominación, que implica revalorar la vida a la luz de una alternativa nueva que solo es interiorizada como posibilidad después de mucho sufrimiento y lucha (Portocarrero, 2013). Es así que, a través de los movimientos sociales, la mujer tuvo un protagonismo resaltante en la lucha por la igualdad, a pesar de los notables progresos las cifras de la OIT (2016) muestran que persisten las desigualdades; Greenfield (2018) afirma que esta desigualdad se evidencia en las dificultades que experimentan al acceder a un empleo. 

Según la OIT (2016) el reparto desigual del trabajo doméstico es un determinante de desigualdad; según el Instituto Nacional de Estadística - INE de España (citado en Moreno, Moncada, Llorens y Carrasquer, 2010) la incorporación de las mujeres al ámbito público se produjo manteniéndose la división sexual del trabajo. En Colombia, las cifras en la economía Informal es más representativo en las mujeres (Sotelo, Quiroz, Mahecha y Montilla, 2012). Por otro lado, a escala mundial, existe 32 Estados donde las mujeres representan menos del 10% del total del parlamento debido a las barreras estructurales y brechas de educación existentes. (ONU MUJERES, 2017).

En nuestro País, la distribución de la PEA ocupada femenina se concentra en sectores de baja productividad, más del 80% labora en el sector informal; con ingresos que hacen evidente la situación de desventaja (Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, 2012). Asimismo, la mujer ejerce por primera vez el voto femenino en las elecciones generales de 1956 en la que se eligieron nueve representantes en el país; al presente aún existe poca representación de la mujer en puestos directivos y comunitarios (rol comunitario), correspondiendo a la mujer el cuidado de los hijos y el hogar (rol reproductivo); y eligiendo la informalidad como una opción de trabajo de fácil acceso (rol productivo). El reto es integrar a la mujer como agente de cambio, esto supone revalorizar el papel de la mujer en la sociedad como gestora y transformadora de su propio entorno; por lo antes descrito el objetivo del estudio fue: conocer el triple rol de las madres de familia en el Programa “Cuna más” del Distrito de Huancán - Huancayo.

 

Método

El tipo de investigación por su finalidad fue básica, cuyo propósito fue describir el triple rol de las madres con un enfoque mixto y nivel descriptivo, el diseño de investigación fue no experimental-transeccional descriptivo, la población fue de 80 madres, la muestra 50 madres. Los datos recolectados fueron procesados con el SPSS versión 24, y para el estudio cualitativo se aplicó a 06 madres elegidas de manera razonada y con consentimiento informado, el diseño fue el no experimental narrativo, que se realizó a través de las entrevistas con el fin de nutrir los datos cuantitativos; las características se muestran a continuación:

 

Tabla 1

Características de la muestra cualitativa

Madres

Edad

Grado de Instrucción

Estado Civil

Tipo de Actividad

Entrevistada N°1

 

33

Superior Técnico

Casada

Costurera

Entrevistada N°2

24

Secundaria completa

Conviviente

Guía de Familia

Entrevistada N°3

30

Superior Universitario

Conviviente

Asistente contable

Entrevistada N°4

 

30

Superior Técnico

Conviviente

Venta de Queque

Entrevistada N°5

19

Secundaria completa

Madre soltera

Moza

Entrevistada N°6

37

Primaria Incompleta

Separada

Venta de dulces

 

Para interpretar e integrar los datos cuantitativos y cualitativos, se aplicó el método de análisis-síntesis. El estudio se llevó a cabo en el Programa social focalizado “Cuna más” a cargo del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) cuyo objetivo es mejorar el desarrollo infantil en niñas y niños menores de 3 años en zonas de pobreza y pobreza extrema; brinda dos servicios: cuidado diurno y acompañamiento a familias; a partir de este apoyo las madres realizan otras actividades, desplazándose continuamente de un espacio a otro, superponiendo e intensificando sus tiempos.

 

 

Resultados

 

Características socio-demográficas de las madres de familia

El 40% de las madres tienen la edad de 21 a 25 años; el 28% tienen entre 26 a 30 años, ambos porcentajes incluyen a las madres con una edad joven y productiva, un 10% tiene de 17 a 20 años y un 22% tienen de 31 a 42 años. El 56% alcanzó como grado de instrucción secundaria completa, el 22% alcanzó superior universitaria y el 16% realizó superior técnico; el grupo etario más joven de madres alcanzaron un nivel superior el cual va reduciendo conforme las mujeres son más adultas. En cuanto al estado civil el 64% de madres de familia son convivientes, un 12% son casadas y un 20% de madres solteras. Por otro lado, el 58% de las madres tiene un solo hijo, quienes alcanzaron un alto nivel de estudios, como se observa en la tabla:

 

Tabla 2

Número de hijos

Recuento

Grado de Instrucción

 

Primaria incompleta

Secundaria incompleta

Secundaria completa

Superior técnico

Superior universitario

Total

Número de Hijos

1

0

0

16

5

8

  29    58%

2

0

0

8

1

3

  12    24%

3

2

0

2

1

0

   5      10%

4

0

1

2

1

0

   4       8%

Total

2

1

28

8

11

 50

 

 

Rol reproductivo

En la preparación de alimentos, el 86% de las madres se encargan del preparado de alimentos (desayuno, almuerzo y cena), un 6% lo realizan de manera compartida (padre y madre) y el otro 6% otro familiar (abuelas al tratarse de madres solteras). Algunas entrevistas sustentan esta dinámica: la entrevistada N°1, refirió: “Me alisto un día antes y me tengo que levantar a las 5:30am para poder hacer todas mis cosas”, asimismo la entrevistada N°3, refirió: “Hago el desayuno y almuerzo para irme a trabajar”. Las madres toman distintas estrategias para llevar a cabo esta tarea que requiere tiempo y esfuerzo; la mayoría de veces la enfrenta sola o con apoyo de la Madre y/o la hija mayor; un 58% se levanta muy temprano y un 34% se alista un día antes.

En relación a la limpieza de la casa, el 80% de las madres la enfrentan solas y un 14 % lo realiza otro familiar (la abuela o se distribuye entre los hijos. Asimismo, el 72% de las madres realiza el lavado de ropa de todos los miembros de la familia y un 22% lo realiza de manera compartida. Esta situación se ilustra en las siguientes declaraciones: la entrevistada N°2, refirió: “Mi pareja me ayuda por veces, …si mi hijo se cae y con las manos sucias está comiendo puede darle una infección, tan importante es la limpieza” y la entrevistada N°5, refirió: “Hago la limpieza de mi cuarto, lavo los servicios, lavo y ordeno la ropa”. Los siguientes fragmentos revelan que para las madres es vital que su hogar se mantenga limpio; además si la pareja la asume no lo realiza como debería de ser, en cambio una madre es más minuciosa con la limpieza según manifiestan las madres. Respecto al mantenimiento de caños, pintado de paredes y otros; el 56% respondió que esta tarea la realiza la pareja; mientras que un 30% lo realiza otra persona (casa alquilada o cedida por un familiar).

Una tarea muy importante, vital y minuciosa es el cuidado de los hijos; el 90% de las madres son las encargadas de realizar el baño a sus hijos; el 82% se encarga de peinarlos y vestirlos; el 68% se encarga de llevar y recoger a sus hijos del jardín o la escuela; los cuidados a los hijos son realizados exclusivamente por las madres. Esta situación confirma la siguiente entrevista: la entrevistada N°4, relató: “Cuando mi esposo está en casa el me ayuda a cuidar a los bebes, cuando mi hijo se enferma yo lo llevo a la posta”. Lo señalado por la entrevistada se incluye en el 48% de las madres que se encargan de llevar a su hijo al centro de salud recibiendo apoyo de la pareja para los cuidados.

En cuanto a las gestiones del hogar, el 42% de madres manifiestan que ambos realizan los pagos de recibos de servicios básicos ya que se van turnando y el 60% de madres revelan que la compra de ropa de sus hijos lo hacen ambos; tal situación se evidencia en la siguiente declaración: la entrevistada N°4, detalló: “Mi esposo trabaja y solo llega a la quincena y cuando llega compramos los alimentos, y lo que necesitamos para la casa”. En el caso de las madres jefas de hogar son ellas las que asumen las compras respectivas y algunas encargan a otro familiar.

 

Rol productivo

Este rol productivo en la mujer se va extendiendo en el espacio público, pero con diferencias en su tipo de actividad, las madres están insertadas en trabajos con baja productividad y feminizadas, trabajos independientes y dependientes, el total de las madres se encuentran insertadas en actividades informales. El 22% son cuidadoras en el programa “Cuna más”, seguido del 20% que se dedica a la confección textil, el 14% son independientes (negocio propio en venta de golosinas o pasteles), un 12% se dedican al comercio (venta de ropa o comida) y el restante 10% son trabajadoras domésticas por cuenta propia, asistenta contable y moza. El 54% de las madres trabajan 8 horas diarias, un 20% trabaja medio tiempo (4 a 5 horas) y un 12% interdiario o por horas. Tal escenario se refleja en la siguiente manifestación: la entrevistada N°1, reveló: “Mi horario es flexible, trabajo de 4 a 5 horas, mi hermana no se enfada si llego tarde ya que sabe que llevo a mi pequeña al Cuna más”. Para las madres tener un trabajo de medio tiempo o propio les permite distribuir mejor su horario para realizar su trabajo doméstico.

En cuanto a los ingresos, el 40% de las madres gana entre 16 a 20 soles al día, el 30% entre 10 a 15 soles por día, un 20% de 20 soles a más y el 10% percibe menos de 10 soles; por lo tanto, las madres tienen un ingreso mínimo inferior. Esta dinámica se infiere de las siguientes manifestaciones: entrevistada N°1, manifestó: “Solo me alcanza para comprar frutas y los pasajes” y la entrevistada N°5, (madre soltera) refirió: “Por ahora cubro una gran parte de las necesidades de mi hija”. El 50% de las madres revelan que el ingreso que perciben cubre algunas necesidades básicas (gastos diarios mínimos); por lo general complementa al de su pareja y por el lado de las madres solteras su ingreso logra cubrir las necesidades básicas de su familia.

Las madres en su historia de trabajo; en cuanto al motivo por el que trabajan el 50% afirma que trabajan para aportar económicamente a su familia y el 30% para mantener el hogar, en este porcentaje se encuentran las madres jefas de hogar. El 64% de las madres dejaron de trabajar por estar embarazadas y no saber a quién dejar al cuidado a sus hijos; tal caso es ilustrado por la siguiente afirmación: la entrevistada N°3, dijo: “Dejé de trabajar cuando me di a luz a mi hija mayor y no tenía quien la cuide”. Las madres se ven obligadas a renunciar a sus aspiraciones personales y prefieren un trabajo que les dé tiempo de estar con sus hijos.

Respecto a las condiciones de trabajo, el 76% de las madres se sienten a gusto con el trabajo que desempeñan a pesar que no es estable y formal, el trabajo les permite disponer de tiempo sobre todo para estar con sus hijos, de realizar sus actividades domésticas y asumir un cargo comunitario; esto se sustenta en las siguientes expresiones: entrevistada N°2, refirió: “No podría trabajar en otro lugar o trabajar 8 horas, porque tengo a mi cargo dos hijos pequeños y me necesitan todavía” y la entrevistada N°4, declaró: “Me siento a gusta, mi trabajo me da tiempo de ocuparme de mis hijos”. De lo mencionado por las entrevistadas asumimos que lo importante al momento de elegir o incluirse a un trabajo es que tengan el tiempo para estar pendientes de sus hijos; cabe mencionar que el 14% de las madres se sienten agotadas y estresadas debido a la recarga de trabajo.

 

Rol comunitario

Concerniente al ejercicio de un cargo, el 28% de las madres tiene un cargo comunitario tales como: teniente gobernadora, presidentas del programa vaso de leche y agentes municipales de salud; ejercen aquel cargo contando con el apoyo de un familiar. Las madres tienen la responsabilidad de representatividad y de llevar a cabo distintas actividades en beneficio de su grupo comunitario a cargo; así lo ilustra los siguientes relatos: entrevistada N°1, narró: “Soy teniente Gobernadora… mi Mamá es la que me apoya con el cuidado de mis hijos, yo me organizo ya que me gusta lo que realizo” y la entrevistada N°2, refirió: “Como agente Municipal, solo nos darán un certificado, … nos preparan para la prevención y seguimiento de gestantes y niños menores de 3 años”; según las respuestas de las madres al ejercer un cargo se resalta su aporte al desarrollo de la comunidad, sin importar si sea retribuido o no. Sin embargo, el 72% no tienen presencia en un cargo comunitario, siendo el tiempo un factor que imposibilita su participación.

En la trayectoria de participación de las madres de familia manifiestan que las dificultades que tuvieron al momento de desempeñar un cargo fueron: no contar con el apoyo de la pareja y el verse conflictuadas con no poder equilibrar su tiempo ya que tienen la carga reproductiva bajo su entera responsabilidad, tal dinámica es expuesta en los siguientes relatos: entrevistada N°2, refirió: “…el tiempo es el enemigo de nosotras ya que tenemos responsabilidades… la pareja no apoya, la mujer es más maternal y el varón lo ve más lucrativo y te dicen no te van a pagar, vas a perder tiempo, quien va a cuidar a nuestros hijos… al final es mi decisión” asimismo la entrevistada N°3, mencionó: “El horario me dificulta, …por más que gane mínimo me gusta lo que hago”. Las madres no permiten que las tareas domésticas sean un obstáculo para asumir un cargo y adquirir protagonismo.

En cuanto al empoderamiento, las madres manifiestan que asumir un cargo comunitario les ha permitido mejorar sus habilidades sociales y personales; tienen un mayor grado de autonomía y refieren encontrarse mucho mejor que en un inicio, todo esto se refleja en los siguientes relatos: la entrevistada N°2, narró: “He aprendido bastante, puedo hablar frente a muchas personas, me siento más preparada y con más valor” y la entrevistada N°3, dijo: “Siento que he crecido, las capacitaciones nos ayudan como valorarnos, siento que ya no tengo miedo como al inicio, … yo tenía miedo de hablar en público, ahora al menos me expreso mejor”. Como se evidencia las madres que tienen representatividad han logrado enfrentar sus miedos frente a roles tradicionales; muestran una actitud más empoderada.

 

Discusión

Considerando que el objetivo de nuestra investigación fue conocer el triple rol de las madres de familia en el Programa “Cuna más” del Distrito de Huancán- Huancayo.

Los resultados en cuanto al rol reproductivo fueron: en la preparación de los alimentos el 86% de madres son las encargadas; ellas se organizan y toman distintas estrategias; un 58% se levanta muy temprano, mientras un 34% se alista un día antes. Estos resultados se respaldan en Amaris (2004), cuando menciona que “la mujer preocupada y atenta por la atención y crianza de sus hijos; asume la alimentación de éstos con tareas específicas, que incluye la pretensión de que sean balanceados y que consuman en su mayor parte” (p.24). Por otra parte, Martínez, Miñana y Peñaranda (2016) afirma que las responsabilidades domésticas, son muy complejas que implican idear con rapidez y adaptarse a los cambios requeridos diariamente. Tal situación lo ilustra la siguiente entrevista: “Tengo que hacer el desayuno, el almuerzo y después me voy a trabajar”. Al respecto, Astudillo (2013) confirma que en el espacio familiar las mujeres no han dejado de cumplir con sus tareas domésticas.

Sobre la limpieza de la casa, el 80% de las madres la realizan, el 72% realiza el lavado de ropa de todos los miembros de su familia y el 56% de las madres manifiesta que su pareja es quien realiza el mantenimiento de los caños, pintado de las paredes y otros. Al respecto, Hirata (2007) afirma que la femineidad está asociada al trabajo leve, cómodo, limpio que exige paciencia y minuciosidad, en cambio la masculinidad está asociada al trabajo pesado, sucio y a veces peligroso, que requiere mucho valor. Asimismo, Amaris (2004) sostiene que: “el hombre de hoy considera sus nuevas actuaciones en la familia como una colaboración a la mujer, y no como tareas propias de su rol” (p.23). La siguiente entrevista: “Me encargo de mantener limpio todo, por veces mis hijos limpian su cuarto y cuando lavo la ropa me apoya mi hija mayor”; se sustenta en Martínez, Miñana y Peñaranda (2016) cuando señalan que las madres requieren tener presente el componente emocional; sus acciones se proyectan siempre para contentar y complacer a las personas de su hogar y que se encuentren a gusto. De igual forma, Herrera (2000) alude que “el contexto familiar refuerza la diferenciación genérica, dando actividades diferentes a niños y a niñas. La familia por tanto es el principal eslabón del proceso de tipificación sexual, dado que es formadora por excelencia y de difícil sustitución” (p.569).

En cuanto al cuidado de los hijos, el 90% de las madres son quienes se encargan de realizar el baño a sus hijos, el 82% de peinarlos y vestirlos, el 68% de las madres se encarga de llevar y recoger a sus hijos del jardín o la escuela y el 32% se encarga la pareja, la hermana o la abuela. Estos resultados se sustentan en Gutiérrez (2007) cuando refiere que tanto las mujeres que trabajan como las que no, dedican mucho más tiempo al cuidado de los hijos que los hombres; una madre ocupada destina tres veces más tiempo al cuidado primario que un padre ocupado. Asimismo, Lagarde (1990) sostiene que la condición de la mujer como un ser para y de los otros, demanda de este instinto, una entrega total y privación de su ser como persona.

Por otra parte, la entrevista realizada afirma: “Soy madre soltera, mi mamá es la que más me ayuda con mi hija”; al respecto Martínez, Miñana y Peñaranda (2016) afirman que una situación de separación, divorcio o abandono del esposo, carga a las mujeres con la total responsabilidad del sostén de sus hijos. Asimismo, Vásquez, Cárcamo y Hernández (2012) aluden que las madres solteras “involucran a sus parientes femeninos (hermanas y madres) en la crianza de hijos e hijas…” (p.51).

En cuanto a las gestiones del hogar; el 42% de madres manifiestan que son ambos quienes realizan los pagos de los servicios básicos ya que se van turnando, el 60% revela que la compra de ropa de sus hijos lo hacen ambos. La gran mayoría de madres de familias tienen el apoyo en esta actividad, ya que son ambos padres se encargan de estas tareas. Los resultados se refuerzan por Amaris (2004) cuando nombra que “el hombre centra sus actividades del hogar en aquellas acciones que no le exigen involucrarse en lo cotidiano y que no requieren un mayor esfuerzo; las actividades que realiza dependen en su mayoría de circunstancias ocasionales” (p.23). Del mismo modo; esta situación se evidencia en la siguiente entrevista: “Mi esposo trabaja lejos, 14 días está fuera, cuando él regresa que son 5 días me ayuda en realizar los pagos, pero menos cocinar para nada se mete en la cocina”; en conexión a la anterior afirmación, Eceizabarrena (2003) relata que existen tareas tradicionalmente consideradas propias de las mujeres, los hombres se ocupan de tareas más ocasionales como cortar pasto o pagos del hogar.

Los resultados en relación al rol productivo fueron: en cuanto al tipo de actividad las madres tienen trabajos independientes y dependientes que no cuentan con contrato y beneficios, dada las características de un trabajo informal se encuentran insertadas en actividades informales. El 54% tiene 8 horas diarias de trabajo, el 20% trabaja medio tiempo de 4 a 5 horas. Estos resultados se respaldan en Restrepo y Rivas (2012) cuando manifiestan que el trabajo Informal es una alternativa para generar ingresos debido a que las mujeres desempeñan de manera paralela sus actividades domésticas. Asimismo, la Teoría sobre División Sexual del Trabajo de Hirata (2007) considera que la mayoría de las industrias y empresas emplean una perspectiva sexual: masculinidad y femineidad, para la asignación de cargos.

La siguiente entrevista: “Trabajo haciendo costura, en el taller de mi hermana, mi horario es flexible, mi hermana no se enfada si llego tarde ya que sabe que tengo que traer a mi pequeña al Cuna más”; lo declarado por la madre de familia corresponde a que las madres con la iniciativa de lograr una independencia económica se inician en trabajos con jornadas cortas y flexibles. Según Aspiazu (2014) señala que quienes tienen menor nivel educativo y tareas de cuidado de hijos se ubican en niveles más bajos de participación.

Respecto a los ingresos, un 40% de las madres percibe entre 16 a 20 soles por día, el 30% oscila entre 10 a 15 soles por día; las madres se encuentran insertadas en labores con salarios mínimos, de productividad baja. Asimismo, un 50% responde que sus ingresos en cierta forma mejora la economía de sus familias. Estos resultados obtenidos se sustentan en Giosa y Rodríguez (2009) cuando refieren que la diferencia de ingresos se debe a los siguientes factores: el tipo de empleo con menor valor económico; la dificultad para cumplir las horas de trabajo por la combinación entre deberes laborales y domésticas y la discriminación salarial directa, es decir por un trabajo idéntico las mujeres perciben menos que los varones. Además, Astudillo (2013) refiere que el trabajo de las obreras ha contribuido a mejorar la economía de sus hogares y la calidad de vida de su familia. La entrevista realizada afirma lo siguiente: “Lo que yo gano es para la ropita de mis hijos y mis compras”; al respecto, Eceizabarrena (2003) declara que el ingreso de las mujeres es un aporte mínimo, el mayor aporte proviene de los esposos. También Aspiazu (2014) manifiesta que los hogares cuyo jefe de familia es una mujer se encontrarían en una situación de vulnerabilidad, sus ingresos no cubren la canasta básica familiar.

En cuanto a la historia de trabajo un 50% responde que el motivo por el cual trabajan, es aportar económicamente a su familia y el 30% para mantener el hogar (madres solteras); por otro lado, el 64% de las madres manifiesta que dejaron de trabajar por su embarazo y el no encontrar quién cuide a sus hijos. Estos resultados se respaldan en Eceizabarrena (2003) quien sustenta que la no continuidad se debe al proceso de embarazo y cuidado de los hijos, y su razón de trabajo es la supervivencia familiar. Asimismo, Giddens (2004) considera que “su experiencia en el trabajo remunerado suele ser más discontinuo porque tiene que abandonarlo por periodos prolongados para criar y cuidar a sus hijos” (p.384). La entrevista realizada declara lo siguiente: “Cuando me embaracé de mi hijito dejé de trabajar casi 2 años… tengo un negocio, no es todo el día, así no descuidó mi familia”; al respecto Giosa y Rodríguez (2009) consideran que las mujeres que deciden trabajar, no tienen otra opción que recurrir a familiares y ajustar su uso del tiempo; al mismo tiempo Covarrubias (2012) sustenta que muchas madres optan por sacrificarse en beneficio de sus hijos; decisión acorde a los principios tradicionales

En cuanto a las condiciones de trabajo, el 76% de madres se siente a gusto con su trabajo y el 60% responde que su ambiente de trabajo es adecuado. Los resultados son corroborados por Eceizabarrena (2003) cuando considera que las mujeres del sector popular no se preguntan si les gusta o no el trabajo que realizan, saben que lo tiene que hacer para llevar el dinero a su casa y poder alimentar a sus hijos, asociando el trabajo con la necesidad económica. La entrevista realizada afirma lo siguiente: “Me siento bien, yo creo que cualquier trabajo en este momento es bienvenido, sea de moza o cualquier cosa, todo es por mi hija”; por otro lado, Aspiazu (2014) sostiene que las mujeres que participan del mercado laboral, se insertan en actividades en inferiores condiciones y tienen dificultades para acceder a puestos de mayor jerarquía. A las madres no les importa si se encuentran en condiciones de trabajo no adecuados, sino rescatan tener un ingreso con que puedan subsistir.     

Los resultados en el rol comunitario fueron: en el ejercicio del cargo las madres de familia en un 28% tienen un cargo comunitario y el 72% de las madres no tienen presencia en un cargo comunitario debido a que no cuentan con tiempo por asumir sus responsabilidades domésticas. Estos resultados se sustentan en Gonzales (citado en Melero, 2011) cuando afirma que la desigualdad entre mujeres y hombres es consecuencia de las diferencias de acceso y participación en toda estructura social. Las madres que se involucran en un cargo comunitario lo hacen para aportar al desarrollo y organización de su comunidad; según Hernández (2010) afirma que la mujer participa activamente en acciones orientadas al desarrollo de la comunidad basándose en la solidaridad; trabajando en beneficio de un buen común.

Respecto a la Trayectoria de participación, las madres de familia manifiestan que las dificultades que tuvieron fueron: mínimo o nulo apoyo por parte de la pareja y el conflicto en el equilibrio de su tiempo. Al respecto Stromquist (como se citó en Pérez y Vásquez, 2009) relata que las mujeres y hombres que conforman una familia no precisamente tienen planes en común, por lo cual los conflictos son habituales.

En cuanto al empoderamiento, las madres que asumen un cargo comunitario adquieren y mejoran sus habilidades personales, sociales y de autonomía, este cargo les permite enfrentar miedos y tener un crecimiento personal. Al respecto Bordieu (como se citó en Hernández, 2010) refiere que la mujer al asumir el nuevo rol comunitario se enfrenta en contraposición a sus roles tradicionales; obteniendo una posición diferente y determinada; con la capacidad de decidir y actuar a favor de su comunidad. La siguiente declaración: “Yo he aprendido bastante, personalmente he crecido…, me siento más preparada y con más valor”; dan cuenta del claro cambio que experimentan las madres que tiene un cargo comunitario; Kaber (citado en Erazo, Jiménez, López, 2014) afirma que el empoderamiento es importante para revertir esta dominación, ya que se refiere al aumento en la capacidad de las mujeres, para definir sus opciones de vida y tomar sus propias decisiones. Las madres que ocupan un cargo aseguran que les ha permitido fortalecerse, autoafirmarse y convertirse en constructoras de su entorno; espacio que se constituye muy importante en sus vidas.

 

Conclusiones

El rol reproductivo que realizan las madres se evidencia en la realización de las tareas domésticas como el preparado de alimentos, la limpieza del hogar, el cuidado de los hijos y las gestiones de hogar; en cada una de estas tareas las madres con estado civil casadas y convivientes reciben un mínimo o nulo apoyo por parte de sus parejas o esposos, por otro lado, las madres solteras o divorciadas cuentan con el apoyo de familiares femeninos como: hermanas, abuelas o por sus hijas mayores.

El rol productivo que realizan las madres se evidencia en trabajos informales; teniendo horas de trabajo largas, en algunos casos flexibles y de medio tiempo, asimismo sus ingresos son mínimos, considerados para las madres solteras como el sustento de sus familias y para las madres casadas o convivientes como complementario; por otro lado, el trabajo extradoméstico que realizan las madres de familia representa un sustento económico y atribuyen a que es preferible tener un trabajo con horarios flexibles que les permita estar pendientes de sus hijos.

El rol comunitario de las madres se manifiesta en un porcentaje mínimo; debido a que la mayoría de las madres destina mayor tiempo a sus otros dos roles. Por otro lado, las madres que tienen un cargo comunitario obran en favor del bien común, permitiéndoles desarrollar sus capacidades personales y sociales buscando aportar a la igualdad y al cambio estructural a partir de su propia familia y en la sociedad.

El triple rol de las madres de familia en el Programa “Cuna más” del Distrito de Huancán - Huancayo; se manifiesta con el rol reproductivo basado en la realización de las tareas del hogar; en el rol productivo, en su mayoría con un trabajo informal como alternativa de trabajo de fácil acceso e ingresos mínimos e irrisorios; y el rol comunitario con una representatividad mínima. Buscando equilibrar sus roles las madres manifiestan conflictos tales como un agotamiento y recarga de trabajo.

 

 

Referencias

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Astudillo, C.K. (2013). Trabajo y Género: caso de las mujeres que laboran en Continental Tire Andina S.A. en el Cantón Cuenca, en los años 2010-2013 (Tesis de Pregrado). Universidad de Cuenca, Ecuador.

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Covarrubias, M.A. (2012). Maternidad, trabajo y familia: reflexiones de madres – padres de familias contemporáneas. La ventana (35), pp.183-217.

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[1] Doctora en Ciencias de la Educación, Asistente Social, Docente de la Universidad Nacional del Centro del Perú, efabian@uncp.edu.pe.ORCID 0000000275871279

[2] Trabajadora Social, Facilitadora en levantamiento de data poblacional GSocialSAC, Mentora académica en la Universidad Continental, ruthpaucarlaurente@gmail.edu.pe

[3] Trabajadora Social, Facilitadora de Proyectos Sociales en la Organización Clip – Latinoamérica, Atención en el Área de Servicio social - Clínica H&S Hemodiálisis, lizcorilloclla@gmail.com