Ernesto Navarro Hinojoza
Volumen 7 | Número 1 | enero - junio| 2023 7
exposición, con lo que quizás consigas atraer algo de tráfico hacia tu contenido. Pero quienes siguen
brillando son los expertos, las “vacas sagradas”, pero de los sujetos (objetos) de estudio poca cabida hay
para ellos.
Y en este apartado también existe una equivalencia con lo que sucede con los influencers, que llevan a
cabo sus eventos de reconocimiento, por ejemplo los MTV, en donde, similar que en los eventos
académicos, los principales participantes y los que se hacen ver más, son los influencers más reconocidos,
dado por lo mencionado en párrafos anteriores, mientras que la gran mayoría solo son espectadores, en
espera de su momento de viralización para poder compartir las mieles de la adulación y la exposición.
La similitud con los eventos académicos también se puede observar en que, por ejemplo, casi siempre
asisten los mismos académicos, se repiten los mismos discursos, se debate entre similares argumentos y
se convence del discurso a los ya de por si convencidos participantes, generando una cámara de eco, como
le llaman algunos. Poco espacio queda para una confrontación real de ideas, y de estas con la realidad,
puesto que existe una endogamia y duplicidad de temas y discurso, que nos llevan a, como diría Ernesto
Sabato (1979), “ser loros repetidores de libros santificados”. Y aunque asistan estudiantes y uno que otro
“ciudadano de a pie”, estos resultan ser irrelevantes para el desempeño del evento, pues su participación
se reduce a ser clientes que pagan su boleto de admisión y espectadores aplaudidores.
Como muestra un botón, para el año 2022, tan solo en México, y sin tanto esfuerzo, en internet se pueden
encontrar que se organizaron al menos 6 congresos académicos que abordaron temáticas casi idénticas,
referentes a la cuestión del análisis y reflexión de lo rural, la agroecología y similares (el de la Asociación
LatinoAmericana de Sociología Rural, el de la Asociación Latinoamericana de Sociología, el de Ciencias
Agronómicas de Chapingo, el Congreso Mexicano de Agroecología, el Precongreso de la Asociación
Mexicana de Estudios Rurales y el de la Sociedad Latinoamericana de Agroecología, aunque este último
se desarrolló en Costa Rica, pero de manera virtual). Pero seguro es que, si se busca más a profundidad,
se encontrarían muchos más. Y es indudable que, en la mayoría, o al menos en los más reconocidos,
estuvimos casi los mismos académicos de siempre. Esto obliga a preguntar si son necesarios todos estos
eventos o si solo son una expresión más de esta necesidad de ver y ser vistos, sin otra intención que la de
alcanzar el reconocimiento por parte de nosotros mismos.
Sin embargo, como reza un refrán popular “Todas las generalizaciones son peligrosas, incluida ésta”,
porque como diría Pérez (2018, párr. 10) “la tendencia a generalizar…nos induce a lo falso, a hacer del
caso particular cuestión universal”. Por lo tanto, quizás se exagera en lo expresado en párrafos anteriores,
puesto que no todo lo que se menciona sucede siempre y en todo lugar tal cual, aunque como también
dice otro refrán, “la excepción confirma la regla”, y con que suceda y esté sucediendo en algunos casos,