Pleitos en la aldea Angaraes en las primeras décadas del siglo XX
SOCIALIUM| Revista científica de Ciencias Sociales | e-ISSN: 2706-6053
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Introducción
El presente artículo se basa en un capítulo de la tesis doctoral de Plasencia (2016), conduce por los
conflictos de una sociedad regional, en que los conjuntos involucrados (señores, campesinos,
comuneros y autoridades), muchas veces no actúan como grupos cerrados y con fines específicos y
calculados, sino que la mayor de las veces la interrelación y el cruce de distintos niveles es la norma
que los caracteriza. Y que sus comportamientos lejos de estar predeterminados se forjan en
circunstancias de interacción y del conflicto mismo.
En ese sentido, Huancavelica fue una región reputada como tradicional donde las instituciones
sociales erigidas básicamente de un estado del “antiguo régimen” en el siglo XIX, excluyeron a la
población campesina (“indígena”) de las cuotas de poder político y de representación, y que muchas
veces las mejores tierras estuvieron bajo el control de las haciendas en una suerte de “administración
étnica del poder”, término que le debemos al antropólogo Andrés Guerrero (1997), utilizada para
explicar la cuestión ecuatoriana y que se refiere a las administración privada de las poblaciones
dominadas, pero que fue “desintegrándose” con la reformas agrarias, el crecimiento y la
modernización del estado y sobre todo, con las movilizaciones indígenas.
Los datos que ofrecemos son un buen ejemplo sobre la dinámica de las relaciones socio étnicas, en
un contexto de permanente conflicto y de competencia por los recursos económicos y sociales. De
este modo, se fue forjando una especie de identidad “comunera-campesina” si ya no indígena, esta
vez limitada al pueblo o la comarca en una especie de identidad nacida a partir de una “coyuntura”
como lo ha mencionado Wachtel para los chipaya de Bolivia (2001).
El escenario
Angaraes cómo provincia del departamento de Huancavelica fue oficialmente constituida en 1826 y
restituida como provincia de Huancavelica en 1847. En el siglo XX, de 1930 a 1968, fue un periodo
importante en que los caseríos rurales se convirtieron legalmente en comunidades indígenas y
campesinas. Las más antiguas, Huanca Huanca y Huayllay Grande datan de 1941. Las comunidades
por lo general se ubican entre los 2,200 y los 4,800 metros sobre el nivel del mar, abarcando zonas
de puna, quechua y quebradas bajas. Los ríos más importantes de su zona nuclear, el Sicra, el
Upamayo y el Lircay, se dirigen hacia el departamento de Ayacucho y la hoya del Mantaro.
En la colonia como en las primeras décadas de la República, esta región era más extensa de lo que es
hoy, comprendía parte de la provincia de Acobamba y de la actual Churcampa (Pallalla, Añancusi,
Huayllay Grande o Callanmarca fueron comunidades muy importantes por su población tributaria y
siempre aparecen sus registros en los padrones coloniales).