Ansiedad según género, edad y grado de estudios en adolescentes de San Martín de Porres, Lima
SOCIALIUM| Revista científica de Ciencias Sociales | e-ISSN: 2706-6053
50
obtuvo una prevalencia de 5,2 % en trastorno de ansiedad generalizada, en fobia específica un 5,6 %, en
fobia social un 3.4 % y en trastorno de ansiedad de separación un 1,9 % (INSM, 2012).
La ansiedad es definida como un sistema de respuesta de múltiples componentes que incluyen
componentes afectivos, de comportamiento, fisiológico y cognitivo, y cumple un papel funcional en el
comportamiento humano normal (Barlow, 2004, como se citó en Genise et al., 2019). La ansiedad tiene
una serie de características, entre las que tenemos la aparición de diferentes síntomas que producen
intenso malestar, acompañados de sentimientos de temor o intensa preocupación, los cuales tienen lugar
sin causa objetiva que lo justifique. Los síntomas de ansiedad persistentes tienen una serie de efectos a
largo plazo en múltiples aspectos de la vida, sus consecuencias pueden ser diversas como, por ejemplo,
problemas en el desarrollo del auto concepto, en afectación de la autovaloración y autoestima, y un bajo
funcionamiento interpersonal y adaptación social (Ruiz, 2005).
Foa y Kozak (1985) conceptualizaron los trastornos de ansiedad desde una explicación cognitivo-
conductual integrada, como deficiencias específicas en las redes de la memoria emocional; además,
indicaron que las redes de miedo de las personas con trastornos de ansiedad se caracterizan por la
aparición de evaluaciones erróneas de la amenaza, una valoración negativa inusualmente elevada de la
situación temida y elementos excesivos de respuesta, cómo la reactividad fisiológica, que son resistentes
a la modificación (Barlow, 2014).
En la adolescencia los síntomas principales de la ansiedad son: síntomas fisiológicos característicos, tales
como temblor, sudoración y signos vegetativos entre otros; temor a actuar en público o ante situaciones
nuevas, gran preocupación de su persona y para realizar sus actividades, sensación de agotamiento y
problemas del sueño. Así mismo, entre las principales consecuencias de la ansiedad en adolescentes se
encuentran: aumento de ausencias a clases o dificultades para terminar el año escolar, deterioro en las
relaciones sociales con sus pares, baja autoestima, abuso de alcohol o drogas, dificultades de adaptación
a situaciones laborales y desarrollo de otros trastornos de ansiedad en la edad adulta (Basas y Tomas,
1996). Los adolescentes presentan diferentes desafíos, uno de ellos es el dominio social, específicamente
en las relaciones con los pares, por tanto, los adolescentes están más propensos a la ansiedad social, la
cual se caracteriza por un miedo elevado a una o más situaciones sociales en las que la persona está
expuesta a una evaluación de parte de otros, el adolescente se preocupa por su comportamiento frente
a los demás que provoquen en los otros una evaluación negativa (Genise et al., 2019).
Entre las investigaciones a nivel internacional sobre ansiedad se puede mencionar a Gonzáles y Andrade
(2021), quienes encontraron en 809 adolescentes de escuelas de la ciudad de México, que la percepción
de prácticas parentales positivas se relaciona negativamente con el nivel de ansiedad rasgo-estado, y la