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Entrevista con la Dra. Mieke Bal acerca del estudio y trabajo de conceptos en el campo de la diferencia y la inclusión
Interview with Dra. Mieke Bal on study and work with concepts in the field the difference and the Inclusion
Entrevista com a Dra. Mieke Bal sobre o estudo e trabalho de conceitos no campo da Diferença e Inclusão
ISAMPITAITSIRO Dra, Mieke Bal OKANTAKOTA YOMETANTSI OPOÑA ANTABAIRONTSI KENKISHIRIANTSI ANTAMISHIKI PASHINETAKAIRORI ABAKOTAKANTYARIRI
Osamitaigëroni ora Jompiantero Dra.mike bal kara negaraka angantaiganakema kara anetsabakagnëma kaninasati
Horizonte de la Ciencia, vol.. 10, núm. 18, 2020
Universidad Nacional del Centro del Perú

Reseñas/Entrevistas

Los autores otorgan el permiso a compartir y usar su trabajo manteniendo la autoría del mismo.

Recepción: 23 Septiembre 2019

Aprobación: 27 Noviembre 2019

DOI: https://doi.org/10.26490/uncp.horizonteciencia.2020.18.410

Resumen: Este trabajo corresponde al ciclo de entrevistas desarrolladas en el marco inaugural de la sección “Entrevistas a grandes personalidades de la Educación, las Ciencias Sociales y el Pensamiento Crítico” efectuadas por el Centro de Estudios Latinoamericanos de Educación Inclusiva (CELEI) de Chile.

Palabras clave: diferencia, inclusión, Mieke Bal.

Presentación

La presente entrevista realizada a la consagrada teórica Mieke Bal (1), autora de referencia en los Estudios Visuales, los Estudios Culturales, la Narratología y el Análisis Cultural, atraviesa una multiplicidad de ámbitos analíticos y metodológicos que contribuyen a tematizar el surgimiento y ensamblaje de los denominados Estudios sobre Educación Inclusiva. Bal, inscribe su posición teórica y metodológica en la preposición ‘entre’, cuya opción analítica facilita el diálogo entre dos o más participantes. De esta forma, comenta, podría evitarse caer en usos descuidados del lenguaje y en la contaminación de diversos significados claves para comprender la tarea de la educación en tiempos complejos. Para la investigadora, es necesario que la Educación Inclusiva modifique la forma de pensar categorialmente a las personas, sustituyéndolo por un enfoque relacional. En él, la idea de justicia se transforma en una expresión de análisis relacional de las desigualdades, promoviendo una visión dinámica acerca de la naturaleza dinámica y sus compromisos con otros significados. El carácter relacional comprende las diferencias inherentes a cada grupo social reduciendo su potencial opresivo. Otorga herramientas más flexibles para examinar la multiplicidad de diferencias, concebida como el resultado de procesos y productos sociales complejos. El enfoque relacional garantiza la emergencia de una política emancipadora de Educación Inclusiva, superando las visiones objetivistas que atraviesan al ser humano y su agencia. Restringir la proliferación de tensiones, observa Bal necesario de abordar el estudio de los conceptos desde una perspectiva interactivista, interdisciplinar y garante de inter-historicidad.

Entrevista

Aldo Ocampo González (A.O.G.):

Buenos días Dra. Mieke Bal, primero que todo, muchas gracias por su amabilidad al aceptar y apoyar este ciclo de entrevistas, que realiza el Centro de Estudios Latinoamericanos de Educación Inclusiva (CELEI) de Chile. Es un honor poder conversar con usted.

Quisiera empezar esta entrevista con la siguiente pregunta: ¿Qué sugerencias metodológicas podría ofrecer al momento de examinar los conceptos claves involucrados en la construcción del campo de conocimiento de la Educación Inclusiva, considerando la naturaleza de ésta, compuesta por múltiples influencias?

Mieke Bal (M.B.):

La verdad no sé cuáles son los conceptos claves para usted o su instituto. Tal vez, si me lo explica, podría responderle mejor. Sin embargo, antes de elegir tales conceptos tan útiles, la intervención más importante es cambiar nuestra actitud, desde pensar en categorías de personas (según la etnia, la religión, la ubicación geográfica o el nivel de educación) a un enfoque de relacionalidad. Es por esto, que yo privilegio la preposición “entre-” por sobre “trans-” en cualquier especificación conceptual. “Entre-” sugiere explícitamente dos o más participantes, ya sean personas o condiciones, que dialogan entre ellas. Los términos no son inocuos, sino que dirigen el interés, los pensamientos, aún antes que cualquier contenido que se ponga sobre la mesa. Yo soy quizás muy sensible al lenguaje, a las palabras y sus consecuencias; su abducción en los usos descuidados de hoy en día, que algunas veces llevan a una reversa total del significado sin que nadie si quiera lo note, la contaminación lingüística es un problema muy grave.

Déjeme darle un ejemplo que demuestra por qué es tan necesario preocuparse de las palabras que utilizamos. En algún punto de la historia reciente, yo me consideraba una “radical”. Este calificativo significa persistir en mis opiniones y llevar sus consecuencias lo más lejos posible. El diccionario en línea define “radical” como 1. “(especialmente acerca de un cambio o una acción) relacionado o que afecta a la naturaleza fundamental de algo, de largo alcance o absoluto" y 2. “que se caracteriza por desviación de la tradición, innovador o progresivo”. El diccionario está un poco obsoleto; sin embargo, hoy en día, en el habla común “radical” es igual a decir "terrorista", junto con un verbo creado hace muy poco "radicalizar", que se usa mayormente en la forma pasiva, que elimina al sujeto responsable: “ser radicalizado”. He escuchado incluso esa palabra usada para calificar a los accionistas insaciables que quieren vender más para aumentar sus ganancias personales al máximo. Los “accionistas radicales” ahora son orgullosamente insaciables, porque “radical” tenía, o tiene, una connotación positiva. Por otro lado, se asume que los musulmanes “radicales” o "radicalizados” son gente peligrosa, sin importar si su motivación es la religión o no. Así, la palabra queda en un estado vago, y como quiera que se utilice podría ser apropiada. ¿Dónde dejamos nuestro pensamiento político? Antes de describir la educación inclusiva como un campo del conocimiento, me parece necesario definirla como un campo de habilidades, actitudes, intereses y políticas[2].

A.O.G.:

Según esto, ¿Qué características deberían tener los conceptos y el conocimiento en su función respecto a la historicidad del presente?

M.B.:

Me gusta su expresión “historicidad del presente”. Esto me llevó a una pelea de larga data que he tenido con historiadores tradicionales. Acabo de publicar un artículo en una colección de artículos académicos del acerca del “museo transhistórico” y toda mi contribución es una súplica por el uso de una mejor preposición. El primer paso necesario es romper con la linealidad cronológica y espacial. Si me permite, citaré lo que escribí al inicio de mi libro Quoting Caravaggio, con las respectivas disculpas por la impresión de narcisismo y auto indulgencia, que corresponden:

Quoting Caravaggio cambió su trabajo para siempre. Como una forma de representación, el arte está inevitablemente vinculado con lo que vino antes, y dicho vínculo es una revisión activa; ya que especifica cómo y lo que nuestros ojos ven. Por lo tanto, el trabajo realizado por imágenes posteriores arrasa con las imágenes más antiguas, es decir, las que estaban antes de la intervención y en cambio, crea nuevas versiones de las imágenes antiguas. Este proceso se ejemplifica por un vínculo de la cultura contemporánea con el pasado, que tiene consecuencias importantes en los modos en que concebimos la historia y la cultura en el presente.

El motivo por el cual debo citar esto, es que, a pesar del consenso de la relación entre arte contemporáneo con las visiones que lo alimentan, y el arte del pasado, que se borra en el término ampliamente difundido en la actualidad “trans-historicidad” es precisamente ese: el vínculo, en otras palabras, la relación. Y desde mi perspectiva, si se olvidan las relaciones, puede llevar fácilmente a un formalismo caprichoso o un agrupamiento repetitivo y temático de piezas de arte. No estoy diciendo que la práctica de los museos progresivos, llamada transhistoricismo, esté mal en sí misma, por el contrario. Sin embargo, si prestamos más atención a las palabras y a sus consecuencias, necesariamente existe un segundo pensamiento al momento de elegir una preposición. “Trans-” significa "a través”, a medida que, o atravesar sin detenerse, cambiando la propia visión de lo que se ve afectado cuando uno cruza algo; es decir sin hacer ninguna relación. Cuando pensamos en “trans-cultural” o “multi-cultural”, estas palabras no están realmente enfocadas en la inclusión, sino en la multiplicidad[3].

Los mismos problemas trae el adverbio “más allá”, que sugiere que podemos dejar el (mal) pasado atrás y movernos a un (mejor) presente. Esto nos insta a cerrar los ojos a la persistencia de algunos de aquellos malos elementos del pasado, que están reenfocados y preservados en el presente. La arrogancia y ceguera que esto conlleva es inherente a la preposición "post-". Hace algunos años, cuando me invitaron a dar una conferencia en el encuentro “Narrating Beyond Narration” (Narración más allá de la Narración) , estaba bastante irritada por la simple e implícita desestimación de "beyond" (más allá) para dedicar toda mi intervención a los riesgos del uso de la preposición “Post-”: la forma en que borra cualquier relación con lo que venía antes, la queja posterior a la originalidad y la superioridad, según la negación de la continuación perniciosa de lo que estaba mal en el pasado, aún persiste en el presente. Cuando se niega eso, lo deja nuevamente invisible, tanto como si fuera demasiado evidente como para ser detectado. “Post-colonial” es el ejemplo más obvio. Por lo que, después de dejar esa preposición entre paréntesis, fui a defender la narrativa y la implícita desestimación–y es más, todos los demás conferencistas también lo hicieron. En realidad, ninguno dejó atrás la narrativa, pero muchos simularon acercarse a las connotaciones de moda de “post-”. Entonces, ¿Somos post-radicales”– más allá de un vínculo político serio y consecuente? Espero que no.

Con esto en mente, parecería oportuno recordar lo que distinguí en 1988, en una etapa relativamente temprana, y en un intento de dividir las disciplinas de una forma menos rígida, cuando se discutían distintos modelos según la disciplina que se estaba tratando de conectar, fusionar o hacer colaborar de algún otro modo. Con “tran-disciplinaridad”, los académicos indicaron exploraciones temáticas que mezclan "versiones” literarias, folclóricas, antropológicas y visuales de una historia que, según el antiguo pensamiento estructuralista, podría ser considerado básicamente la misma en su punto inicial. La influencia de Vladimir Propp con el libro Morfología del Cuento, que propuso una gramática de historias basada totalmente en categorías temáticas, fue decisiva en este cambio. Después, fue Roland Barthes quien continuó con la elaboración de una teoría de narrativa, en un artículo de 1975, que tuvo un gran impacto y atrajo a muchos críticos extremos. De la misma forma, la repetición y la abstracción muy pronto le quitaron la relevancia a la teoría para el estudio de la literatura, lo que podría denominarse como un acto de transdisciplinariedad. La multi-disciplinariedad fue concebida como un “paraguas” bajo el cual las personas de distintas disciplinas estudian objetos parecidos, tales como proyectos de "instrumentos musicales en la pintura y la literatura". Solo la interdisciplinariedad lleva a nuevas visiones que afectan a las mismas disciplinas que participan[4].

Desde ese momento, he tratado de proponer el concepto de interdisciplinariedad, junto con inter-historicidad y muchas otras formas de “inter-ciones”. Es más, el último sustantivo junta todas las formas de la actividad mencionada, con la ayuda de la preposición inter- desde interdisciplinario a intertextual, internacional, intermedial, intercultural a interdiscursivo.

Inter- significa entre. Denota una voluntad para intercambiar sobre una base igual. Y si la palabra inglés intership se pareciera mucho a “pasantía” (intership, período como interno), esta asociación es en realidad muy útil, ya que reconoce la actitud indispensable y excitante de la voluntad para aprender, lo que se traduce en el primer requisito de actitud que necesitamos. Sin embargo, aunque haya muchos involucrados en estos propósitos, la victoria terminológica de la preposición “trans-“ parece irreversible. Lo que daña mi lingüística y también mis sentimientos políticos y artísticos. El significado de “trans-” es “a través”, es por eso que “trans-“ a menudo viene con “atravesar”.

A.O.G.: debido a la heterogeneidad de su trabajo y los múltiples temas implicados en éste, ¿cuáles son las dimensiones o características que usted cree que son vitales en la organización del espacio de diferencia político y discursivo?

M.B.:

Como una nota preliminar a esta pregunta, déjeme decir que no creo que mi trabajo sea tan heterogéneo. Por cuatro décadas, he mantenido el enfoque sobre la narrativa: La narrativa en todos los medios y las relaciones que la narrativa puede establecer; o en un sentido más crítico, como se puede usar para manipular la opinión (pública). Mi trabajo solo pareciera heterogéneo y múltiple porque la narratividad es precisamente un fenómeno muy inter-disciplinario. Desde los diarios, la televisión y los niños que les cuentan a sus padres acerca de sus días, desde un rumor y una calumnia a un reportaje, desde el teatro al cine, y desde las artes visuales y la ópera: la narración está en todas partes del mundo social. Por lo tanto, en esta pregunta solo puedo repetir lo que dije anteriormente, acerca de la importancia del "inter-" como punto de partida. Lo que se demuestra a través de mi trabajo es que, este es el caso; este siempre ha sido mi contribución.

En términos de organizar el campo de lo que llama “diferencia” es, primero que todo, importante explicar de forma positiva este concepto, y reconocer el punto central, político y cultural de la narración en la formación de tal diferencia. Para esto, sugiero que, antes de hablar de “diferencia”, nos enfoquemos en lo que constituye una diferencia, es decir, la "singularidad". Por supuesto, cada persona nace como un ser humano único. Sin embargo, cuando se “categoriza” y se etiqueta a las personas en grupos se destruye esa singularidad. La diferencia sugiere grupos, definidos por características que los distinguen de otros. Para reconocer la diferencia, primero que todo es necesario suspender las categorías y tomar la singularidad como punto de partida. En un brillante estudio, muy reciente por demás, del legado artístico de la víctima del holocausto alemán contra los –judíos, Charlotte Salomon, Griselda Pollock recuerda como Hanna Arendt especifica los aspectos principales de esta singularidad. Pollock escribió:

... El ser humano involucra espontáneamente (la capacidad de actuar y crear lo nuevo), pluralidad (una consecuencia de la capacidad de poder desarrollar lo imprevisible) y cohabitación (compartir el mundo en natalidad y pluralidad).

Espontáneamente, la pluralidad y la cohabitación, con la perspectiva de la interrelación: pienso que es un programa muy adecuado para los estudios de inclusividad. Y apuesto que estos conceptos no se han considerado de forma sistemática. Pollock agrega lo siguiente:

La filósofa feminista italiana Adriana Cavarero extrapola... agregando el concepto de la narración como vital para reconocer nuestra singularidad en la pluralidad humana. La narración de esta forma se convierte en un nuevo tipo de escena política. (66)[5]

Entonces, esta sería una posible respuesta a su pregunta. En vez de sacar a la luz una lista de conceptos relevantes o lineamientos metodológicos, lo que encontraría imprudente, un foco sobre estos aspectos de singularidad de los seres humanos, para mí es un buen inicio[6].

A.O.G.:

Considerando la importancia y la trascendencia de sus contribuciones en "Conceptos viajeros en las Humanidades: una guía de viaje" y de su propia experiencia ¿Cuáles podrían ser los objetos, métodos, teorías y disciplinas por sobre las cuales se mueve el concepto de diferencia?

M.B.:

En ese libro, que se tradujo al español, expliqué más o menos lo mismo que estoy respondiendo acá. Tal vez, otra metáfora podría ser útil para complementar, y tomo prestado, una vez más, lo que dijo Pollock en su hermoso libro, donde hay un subtítulo: “teatro de memoria", un concepto que tomó prestado de Walter Benjamin. Este filósofo escribió: “El idioma muestra claramente que la memoria no es un instrumento para explorar el pasado, sino que su teatro”. Pollock agrega lo siguiente:

Sin embargo, para convertir la memoria del idioma realiza una re- escenificación con el sujeto que recuerda estar sentado en la primera fila ... El teatro no es artificialidad o actuación, sino que una escenificación -una intervención visual- que permite que el pasado se vuelva memoria desde una posición estratégica en el presente, cuando y donde en efecto, la memoria toma forma, y su articulación es tal... (76)

La ventaja de la metáfora del “teatro” es que, nos permite tomar en serio la ficcionalidad; no como un engaño, sino que como una exploración imaginativa de posibilidades alternativas[7].

A.O.G.:

Finalmente, ¿Cómo afecta la crisis de límites la construcción y/o el entendimiento de la diferencia, como una propiedad inherente del ser humano? ¿Usted cree que es posible ofrecer otras formas de practicar la experiencia de ver alrededor de esta categoría?

M.B.:

Si se refiere a "la crisis de límites" como la difusión actual de la delimitación de disciplinas, solo puedo decir que es un desarrollo productivo, especialmente para programas tales como el suyo. La gente, las culturas, y los trabajos de arte no se pueden limitar a las tradiciones disciplinarias, que fueron desarrolladas hace tanto tiempo. Los enfoques interdisciplinarios no son "post-disciplinarios”, fíjese en mis reparos a la preposición “post-”, sino que interrelacionan elementos de distintos campos disciplinarios para formar un enfoque para este asunto; en su caso, la diferencia, que es más rica y más capaz de hacer las distinciones necesarias. Me imagino, por ejemplo, que la historia del arte puede ofrecer muchos ejemplos donde se hizo un hincapié excesivo y distorsionado, al igual que las separaciones relacionadas con la "raza" (una palabra que no se puede usar sin comillas). La educación debe evitar la manipulación y el partidismo político, sino que alentar un ojo crítico y agudo en su lugar. Esto requiere habilidades analíticas, que se pueden tomar desde un análisis literario y cultural. Por lo que recomiendo encarecidamente la habilidad llamada “lectura detallada”. Esta no es la idea antigua de que un texto habla por sí solo, porque no es así. En su lugar, es una forma de leer y buscar los detalles “y tomar la palabra” también al hablar.

De esa forma, es una herramienta muy buena ir en contra de los intentos de slogan que intentan persuadir a través de la intimidación (los “tweets” de Donald Trump). Ayuda a reconocer la ambigüedad. Una distinción entre “ir en contra” como una crítica cautivadora y “anti-” como un rechazo al por mayor es muy útil en tu campo. La lectura detallada toma objetos culturales y expresiones muy en serio, incluyendo la forma en que están incrustados en el dominio cultural donde funcionan. Esto no es un rechazo (“anti-”) del conocimiento disciplinario, sino que un cambio en el énfasis; un nuevo énfasis en la motivación, que puede ser muy estimulante para los alumnos.

A.O.G.: muchísimas gracias por este diálogo altamente enriquecedor.

M.B.: gracias a ti.

Notas

1 Teórica Cultural, crítico y vídeo artista. Profesora de la Real Academia de las Artes y de las Ciencias de los Países Bajos (Knaw) 2005-2011. Basado en la Escuela de Ámsterdam para el Análisis Cultural (ASCA), Universidad de Ámsterdam. Autor de referencia en los Estudios Visuales, la Narratología y los Estudios Cultural. Sus áreas de interés van desde la antigüedad bíblica y clásica hasta el siglo XVII y el arte contemporáneo y la literatura moderna, el feminismo y la cultura migratoria. Sus numerosos publicaciones incluyen: A Mieke Bal Reader (2006), Traveling Concepts in the Humanities (2002) y Narratology (4ª edición 2017). Su visión del análisis interdisciplinario en Humanidades y Ciencias Sociales se expresa en el perfil de lo que ella ha denominado “análisis cultural”, la base de ASCA. Mieke es también una artista de vídeo, sus documentales sobre la migración internacionalmente exhibidos incluyen Separations, State of Suspension, Becoming Vera y la instalación Nothing is Missing y son parte del colectivo Cinema Suitcase. Con Michelle Williams Gamaker realizó el largometraje Una larga historia de la locura, una ficción teórica sobre la locura y exposiciones relacionadas (2012). Su siguiente proyecto Madame B: Explorations in Emotional Capitalism, también con Michelle, se exhibe en todo el mundo. Acaba de terminar un largometraje y una instalación de 5 pantallas sobre René Descartes y su infeliz amistad que termina con la reina Kristina de Suecia. Ocasionalmente, actúa como curadora independiente. Su exposición comisariada 2MOVE viajo a cuatro países. Actualmente está preparando una exposición para el museo Munch en Oslo
2 Esto no es realmente un comentario al pie; ver el libro de la filósofa de análisis de imágen José Mondzain, 2017 Confiscation des mots, des images et du temps. Pour une autre radicalité. Paris: Les Liens qui libèrent. Este libro me estimuló a respaldar mi sensibilidad lingüística de una forma más completa (radical) y empezar a recoger artículos para un léxico de palabras enfermas “Word Hospital”, un título tomado de la brillante novela Migas de pan, de Azriel Bibliovich, 2013. Bogotá: Alfaguara.
3 Mi primera declaración en favor de lo que, lamentablemente, se convirtió en “anacronismo”, y lo que había llamado “historia ilógica” o “trastornada" se puede encontrar en el libro de 1999, Quoting Caravaggio: Contemporary Art, Preposterous History, Chicago: The University of Chicago Press. Hay dos artículos extensos que valen la pena consultar: Andersen, Wayne 2001 “Mieke Bal’s Preposterous Art History”. The European Legacy 6, no. 3: 353–62; y Salwa, Mateusz 2009 “The space of art history: Mieke Bal’ ‘preposterousness’”. Art Inquiry 11: 159–73. Posteriormente, desarrollé el concepto, y las publicaciones son del 2001, y están en el libro Louise Bourgeois, Spider: The Architecture of Art-writing. Chicago, IL: University of Chicago Press.
4 Propp, Vladimir 1966 Morphology of the Folktale. Austin: University of Texas Press; Barthes, Roland 1975 “An Introduction to the Structural Analysis of Narrative”, in New Literary History 6, 2: 237-272. Hice esta distinción en 1988 Murder and Difference: Gender, Genre and Scholarship on Sisera’s Death. Bloomington e Indianapolis: Indiana University Press. A pesar del rechazo del estructuralismo implícito en el término “post-estructuralismo”, movimientos más recientes como “narratología cognitiva” despliegan estructuras similares, ahora llamadas “lógica de la historia”. Ver por ejemplo, Herman, David 2002 Story Logic: Problems and Possibilities of Narrative. Lincoln and London: University of Nebraska Press.
5 Pollock, Griselda 2018 Charlotte Salomon and the Theatre of Memory. New Haven, CT: Yale University Press. La visión de Arendt se explica con más detalles en su libro The Life of the Mind. New York: Harcourt, Brace, Jovanonich, 1978. Ver también su The Human Condition. Chicago: The University of Chicago Press, 1958. Para la importancia de la narrativa, ver Cavarero, Adriana Relating Narratives: Storytelling and Selfhood. Trans. Paul A. Kottman. New York: Routledge, 2000.

Puse en primer plano la singularidad y la contrasté con la particularidad, en mi estudio del trabajo artístico de la artista colombiana Doris Salcedo. Ver Of What One Cannot Speak: Doris Salcedo’s Political Art. Chicago, IL: University of Chicago Press, 2010; traducido por Marcelo Cohen y Miguel Á. Hernández Navarro como De lo que no se puede hablar: el arte política de Doris Salcedo. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín / Panamericana, 2014.

6 Mi visión de un modo de enseñanza no arrogante se puede ver en el libro de Jeroen Lutters, The Trade of the Teacher: Visual Thinking with Mieke Bal. Amsterdam: Valiz 2018.
7 Conceptos viajeros en las humanidades: Una guía de viaje. Trans. Yaiza Hernández Velázquez. Murcia, Spain: Cendeac, 2009. This book has been very helpfully reviewed by Néstor García Canclíni in his article “Intimidad Crítica,” in Exitbook 15, 112-115, 2011. Walter Benjamin, One-Way Street, trans. Edmond Jephcott & Kingsley Shorter. London: Verso 1979: 314.

Notas de autor

aldo.ocampo.gonzalez@gmail.com



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